sábado, 8 de febrero de 2014

08/08/08

Todo comenzó algún tiempo atrás...pero no en la isla del sol, sino en la fiesta Bubamara, en el Teatro de Colegiales, cuando aún no era parte del imperio Pergolini, y estaba lleno de jipis. Fue un 8 del 8... del 8! pfff... épico! Imposible de olvidar para los aniversarios futuros. Tratamos de reconstruir la historia, pero hay algunos detalles que se perdieron en cada una de las versiones...


VERSIÓN DE VICTOR:

Llegué esa noche a la fiesta con un grupo de amigos/as. Algunos quedaron en el camino, y sólo los más valientes nos mantuvimos en pie hasta el final. Salí de rotation por el establecimiento con mi fiel escudero Jorge Hasenbalg. En esa loca recorrida, mi mirada se cruzó con la de una interesante (creo) dama. Le cedí el paso cual caballero, a lo que ella contestó: que caballero! (si, por supuesto, era la idea...). Y luego ambos nos perdimos entre la multitud sudorosa.
Más tarde esa misma noche, volvimos a encontrarnos con esa chica y su amiga. Ellas dijeron: son los chicos caballeros!, a lo que respondí: Sí, y además bailo muy bien (????). Obviamente, me invitó a demostrar mi talento. y al ver que quedaba en evidencia mi mentira piadosa, arremetí con un: y tamién beso muy bien! (???????????) Pese a mi asombro, la chica no salió corriendo. Me dije es tu momento animal del amor, matala! es tuya!!! (mentira, no recuerdo qué sucedió, ya que el alcohol hizo efecto en mí, sólo me llegaron versiones cruzadas).

Lo cierto es que estuvimos juntos toda la noche, y tiempo después volvimos a vernos, a conocernos, y a no alejarnos nunca más. Hoy estoy feliz de elegirla para compartir mis días.

VERSIÓN DE CARO:

Llegué esa noche al lugar con dos amigas. Frecuentábamos hacia tiempo las fiestas Bubamara, para hacernos las hippies, las libres, las gitanas, no sé. Sofi nos abandonó en la mitad y seguimos con Sami la noche de música balcánica. Dejamos todas nuestras pertenencias, TODAS, en el guardarropas. Era 08-08-08, anticipábamos que algo iba a pasar (?) y queríamos sentirnos libres, livianas, espíritu unza unza. Pasábamos de una pista a otra y el lugar estaba llenísimo (posta) y unos chicos muy cordiales nos cedieron el paso. Qué caballeros! dijimos. Y además sabemos bailar bien, dijeron. Cruzamos miradas con Victor, cómo cuando en las películas uno va para un lado, el otro para el otro y no dejan de mirarse

Unas cervezas y bailes más tarde, los volvimos a cruzar, Los chicos que bailan bien!!, dijimos, sisarazasuruzazaza, dijeron.... Jorge me presentó a Victor, yo le presenté a Sami, Victor me dijo que además de bailar también sabía besar bien (?) y yo apenas me resistí porque mi espíritu de bubamara me dijo que no tenía nada que perder. Recién me gustó como al tercer beso, y seguimos charlando el resto de la noche, mientras Jorge invitaba a Sami con cervezas olvidadas en la barra por extraños y hasta que la gente de limpieza del lugar prendió las luces y nos pidió que por favor nos vayamos (nunca nos movimos de la pista). Nos pasamos los teléfonos y recién ahí supimos nuestros nombres (quién necesita saber el nombre de la persona que está conociendo?), y días después volvimos a vernos.

No voy a decir a quién le costó más engancharse, ni quién la remó durante los primeros 6 meses... hoy, 5 años después de formalizada la relación sabemos que tantos viajes en el 55 valieron la pena, que nos reímos mucho, que nos acompañamos y nos amoldamos el uno al otro, que somos cómplices y felices juntos, y que queremos casarnos. Y compartir esta felicidad infinita con toda la gente, toda.

PD: No voy a decir que Victor me chapó los dientes la noche que nos conocimos... Si, los dientes. Algo me conquistó mucho para dejar pasar eso. Sólo para darles una pista de quién decidió apostar a la relación pese a todo.